"Los aviones" es una de las piezas más emotivas del cantautor argentino Andrés Calamaro, incluida en su álbum "Jamón del medio". La canción se sitúa dentro del género pop rock, un estilo que combina melodías pegajosas con letras introspectivas y profundas. La maestría de Calamaro como compositor brilla a través de esta obra, en la que el artista transmite un sentido de melancolía y anhelo.
La letra comienza describiendo un momento de desolación y reflexión personal. El protagonista parece haber vivido una experiencia intensa, marcando el fin de algo importante. La mención de "cigarrillo mojado" puede simbolizar no solo la pérdida de algo valioso, sino también la lucha interna entre seguir adelante o aferrarse a recuerdos pasados. La atmósfera nocturna se ve interrumpida por la luz del día, sugiriendo que lo inevitable ha llegado y que la realidad ha pillado al narrador desprevenido.
El deseo recurrente de “dormir” y “soñar con ella” revela una necesidad profunda por escapar de la realidad y refugiarse en los buenos recuerdos. Esta mezcla entre lo tangible —los aviones que pasan— y lo onírico abre un espacio para reflexionar sobre cómo las experiencias pueden volar lejos de nosotros, al igual que esos aviones sugiere un contraste entre el presente y lo perdido. Aquí aparece un mensaje oculto: a veces preferimos permanecer en nuestro mundo interno donde las emociones son manejables, en lugar de enfrentar la cruda realidad.
En el segundo verso, surge una súplica clara: "No quiero que me abandones". Esta repetición otorga intensidad emocional a la letra, subrayando un miedo profundo a perder lo que queda tras el final tumultuoso. Resulta irónico cómo, justo cuando se está cerrando un ciclo, se evidencia una fuerte dependencia emocional hacia esa persona cuyo amor se siente amenazado por la situación presente.
El tercer verso presenta otro giro; con el "me olvidé de avisar", el protagonista parece asumir cierta culpa o irresponsabilidad respecto a su relación. Acoge una actitud contradictoria: al mismo tiempo que desea tener contacto con esa persona especial (“no te voy a llamar”), reconoce que también está atrapado en sus propios demonios internos e incertidumbres sobre cómo proceder con relación a ella. El uso del lenguaje cotidiano hace que esas sensaciones sean universales para cualquier oyente, resonando con aquellos momentos en los cuales nuestra vulnerabilidad nos deja atados emocionalmente.
A nivel anecdótico, "Los aviones" refleja parte de lo mejor del estilo narrativo característico de Calamaro. A menudo inspira sentimientos nostálgicos Adaptar temas universales relacionados con el amor perdido contribuye a conectar profundamente con su audiencia; este tipo de conexión emocional es precisamente lo que cimenta su fama como cantautor.
La producción musical acompaña perfectamente las letras; envolventes notas melódicas subrayan esa sensación casi hipnótica propiciada por los pensamientos atormentados del narrador. Cada acorde parece elevar ese deseo ferviente por revivir lo irrecuperable mientras añade capas a la simplicidad lírica.
Así pues, "Los aviones" no solo ofrece una exploración poética sobre amores perdidos sino también plantea preguntas profundas relativamente al paso del tiempo y nuestras elecciones emocionales frente a situaciones complicadas. Con cada escucha podemos aprender más sobre nosotros mismos y nuestros sueños inalcanzables; tal vez eso sea parte del poder creativo tan distintivo propio del arte musical genuino.