"Pequeña Lucha" de Coti es una emotiva pieza musical que aparece en el álbum "Que Esperas", lanzado en 2015. A través de sus letras, Coti narra una historia de anhelo y resistencia, encapsulando la lucha interna de alguien que se aferra a un amor perdido o distante. La canción combina elementos del pop rock con una profundidad lírica que invita a la reflexión.
Desde el inicio, las imágenes evocadas por Coti son vívidas y llenas de simbolismo. El "viejo bolso verde" y la “cara de viernes santo después de un jueves fatal” crean una escena cargada de melancolía. Estas descripciones permiten al oyente visualizar no solo a la persona amada, sino también el estado emocional complejo en el que se encuentra: entre la rutina cotidiana y el deseo. La idea de “pataleando atardeceres” sugiere un enfrentamiento con el paso del tiempo y la inevitabilidad del sufrimiento que acompaña a los momentos perdidos.
El estribillo refuerza esta sensación de lucha constante; hay una ironía palpable en la repetición de “No me resigno a perderte”. Aunque expresa determinación, también deja entrever un profundo dolor y desesperación. La metáfora de ser “una guerrera con su armadura” indica que este amor, aunque agotador, es considerado digno del esfuerzo, convirtiendo lo que podría parecer una pequeña lucha en algo monumental para quien espera.
A medida que avanzan las estrofas, se introduce el concepto del tiempo como un enemigo casi abstracto. La línea “Yo en silencio fumo el tiempo” habla sobre cómo los momentos pueden pesar tanto como un todo o desvanecerse rápidamente; así Coti nos muestra cómo las emociones pueden distorsionar nuestra percepción temporal. Este contraste entre "una hora se hace un segundo" pone en relieve lo paralizante que puede resultar la espera cuando se está aferrado a algo intangible.
En términos emocionales, Coti juega con la vulnerabilidad humana ante las relaciones sentimentales, donde esperar se convierte en sinónimo de esperanza pero también de sufrimiento. La repetición final enfatiza esta idea fundamental: esa "pequeña lucha" no siempre tiene recompensas tangibles y puede llegar a verse como simplemente una espera prolongada.
La producción musical complementa perfectamente las letras, creando un ambiente introspectivo que ayuda a resaltar cada emoción plasmada en la letra. La música sutilmente acompaña al canto casi monologante del artista, permitiendo al oyente sumergirse por completo en ese mundo interno donde los recuerdos pueden ser dolorosos pero son vitales para reforzar esa esperanza inquebrantable ante lo incierto.
Un dato curioso sobre "Pequeña Lucha" es cómo esta canción ha resonado fuertemente entre los fanáticos por su autenticidad emocional; muchos consideran dicha obra como uno de los mejores ejemplos del talento narrativo y compositivo de Coti. Enmarcada dentro del contexto más amplio del álbum "Que Esperas", esta canción refleja un enfoque honesto hacia las complejidades del amor: la mezcla entre nostalgia y deseo genera una conexión única con aquellos que han experimentado situaciones similares.
En resumen, "Pequeña Lucha" trasciende más allá de ser solo otra canción pop rock; es una exploración íntima sobre cuánto estamos dispuestos a luchar por aquellos a quienes queremos y cómo esa búsqueda puede llegar a definirnos incluso cuando parece estar marcada por el silencio y la espera interminable.