El viejo verano de El Barrio

Se marchó el amor y con él tus besos,
y no volvió.

Ya sabes amiga mía que no nos vimos anoche,
dime qué tal te sienta vivir con la ausencia,
que justo los veranos de allá por septiembre;
qué maldita la distancia,
qué injusticia su imprudencia.

Deseaba que esa noche nunca terminara.
Mas mi cuerpo se ha hecho
presa de la somnolencia.
Dicen que las aventuras
son cosas de San Olvido;
qué malditos los refranes
que se dicen sin conciencia.

No me imaginaba que doliera tanto y tanto,
yo que me reía de los don Juanes y del querer;
yo que al amor cerré mi puerta a cal y canto,
ha llegado la llave que las abre sin querer.
Ahora está mi mente cargadita de quebrantos
pregunté al destino cuando te volveré a ver.

Ahora soy la espera que desespera esperando,
no veo el mañana sin pensar en el ayer.

Se marchó mi amor y con él tus besos,
y no volvió.

Escribo la presente desde aquel rompeolas,
aquél que nos brindaba aquellos atardeceres.
Ya cuento los segundos, los minutos, las horas
que me quedan en esta vida
para poder volver a verte.

Deseaba que esa noche nunca terminara.
Mas mi cuerpo se ha hecho
presa de la somnolencia.
Dicen que las aventuras
son cosas de San Olvido,
qué malditas las palabras
que se dicen sin conciencia.

Si te sientes sola,
manda un mensaje con el viento;
yo voy a dejarme la ventana encajá
por si acaso el mar me trae
el perfume de tu cuerpo
y tengo la suerte que me envuelve
la almohada.

Nunca va un adiós alegre para el pensamiento
cuando está por medio la ilusión del verbo amar.

Ahora soy la espera que desespera esperando
por favor amiga no me vayas a olvidar.

Se marchó mi amor y con él tus besos,
y no volvió.