El Futuro Es Nuestro de Residente

"El Futuro Es Nuestro" es una pieza musical del conocido artista puertorriqueño Residente, lanzada como parte de su álbum homónimo en 2017. Este tema, característico del hip hop y rap que Residente ha popularizado con su estilo único y letras contundentes, es una evaluación provocadora sobre el futuro y la humanidad.

La letra presenta un fascinante collage de imágenes y predicciones sobre el porvenir. Desde los primeros versos, se establece un tono irónico y crítico. La noción de que "los que murieron podrán evitar la muerte" invita a reflexionar sobre cómo el tiempo transforma las normas de la realidad y cómo, a veces, lo imposible puede hacerse posible en un futuro idóneo o imaginario. Esto puede interpretarse como una visión utópica donde las injusticias actuales se corrigen por sí solas.

Residente utiliza sus "predicciones" para hacer una crítica aleccionadora sobre temas sociopolíticos actuales. La referencia a que en algún momento los hombres experimentarán menstruales o que los policías racistas continúen persiguiendo a personas de color muestra una triste realidad que aún persiste en nuestra sociedad. Estas líneas sugieren no solo la lucha constante por la equidad de género y raza, sino también cómo las estructuras sociales pueden evolucionar —o no— dependiendo de diversas condiciones.

El verso donde menciona que "las mujeres dominarán toda la población", subraya un deseo evidente por un cambio radical hacia una mayor igualdad entre géneros. Residente busca romper estereotipos y evidenciar el potencial transformador que podría surgir con estos cambios sociales esperados en el futuro. Al respecto, presenta visiones extremas como comer cucarachas o tener Internet en todas partes desde el nacimiento, lo cual añade un toque surrealista pero humorístico a su mensaje.

Un componente clave de esta canción es su enfoque directo hacia lo religioso; al mencionar escenas donde "baja Cristo del cielo" revelando verdades ocultas, Residente desafía las creencias tradicionales e invita a cuestionar dogmas establecidos. Esta irreverencia genera confrontación pero también abre la puerta al diálogo sobre la fe y la identidad.

A través del ritmo repetitivo del coro —“El futuro es nuestro”— se genera un sentido de urgencia y anhelo colectivo por apoderarnos del presente para garantizar un futuro diferente. Hay una poderosa invocación al protagonismo personal y comunitario ante las adversidades.

Como dato curioso, Residente se ha destacado por incluir críticas políticas en sus composiciones desde sus inicios con Calle 13, pero "El Futuro Es Nuestro" claramente toma este enfoque a otro nivel al mezclar humor negro con serias reflexiones sociales. La respuesta crítica fue abrumadoramente positiva gracias a su valentía artística al tratar temas tabúes sin reparos ni censura.

En conclusión, “El Futuro Es Nuestro” no solo es un manifiesto cargado de ironía social y desafíos –también es un llamado a asumir responsabilidad frente al tiempo venidero. Residente nos insta a participar activamente en dar forma al mundo deseado mientras enfrenta las duras realidades presentes con ingenio e introspección lírica. Su obra en este tema deja claro que aunque el mañana sea incierto, somos nosotros quienes debemos construirlo junto con nuestros errores normales aceptados como parte esencial de ser humanos.