Dice la canción

El pasajero de Rayden

album

Estaba Escrito

16 de diciembre de 2011

Significado de El pasajero

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"El pasajero" de Rayden es una canción cargada de simbolismo y reflexión, encapsulando tanto la experiencia cotidiana del viaje en tren como una metáfora más profunda sobre la vida misma. Forma parte de su álbum "Estaba Escrito", lanzado en 2011, donde el artista explora temas personales y sociales con su característico estilo de rap.

Desde el inicio, la letra nos sitúa en un viaje hacia Móstoles, reflejando el día a día del trabajador urbano. La mención explícita de lugares y escenarios urbanos no solo ancla la narrativa en Madrid, sino que también crea un ambiente casi tangible para el oyente. La referencia al lunes y al pereza inherente del ser humano se convierte en un comentario sobre la rutina y las expectativas sociales: "la jornada donde el que trabaja llama pidiendo la baja". Este verso resuena con aquellos que detestan comenzar la semana laboral, juzgando las responsabilidades diarias como un peso abrumador.

Rayden introduce personajes variados que forman parte de este microcosmos dentro del tren: desde el anciano testigo hasta los enamorados besándose y la mujer rezando. Esta diversidad refleja una realidad social compleja donde coexisten diferentes emociones e historias. El contraste entre lo cotidiano y lo extraordinario se siente especialmente potente cuando el autor menciona situaciones como el mendigo que espera ayuda, iluminando así las desigualdades latentes en la sociedad madrileña.

Uno de los mensajes ocultos más significativos es cómo cada estación representa decisiones cruciales en nuestras vidas. La línea “hay trenes en la vida que pasan solo una vez” reafirma esta idea, invitando a reflexionar sobre las oportunidades perdidas y las decisiones que tomamos. Este simbolismo del viaje se presenta como una alegoría: cada uno es responsable de subir o bajar del tren en el momento adecuado.

El uso de ironía también es clave; por ejemplo, cuando se menciona al revisor que “te cruje”, Rayden evoca esa sensación habitual de tener siempre algo o alguien vigilante, sugiriendo los juicios constantes a los cuales somos sometidos por nuestra propia comunidad. Esto plantea una crítica social sobre cómo los ciudadanos se convierten a menudo en meros observadores críticos sin involucrarse verdaderamente en lo que les rodea.

En términos musicales, "El pasajero" destaca por su ritmo contundente y sus rimas ingeniosas, características notables dentro del hip-hop español. Rayden logra incorporar elementos poéticos en sus letras mientras mantiene un flujo rápido que atrapa al oyente sin perderse en tecnicismos excesivos.

Un dato curioso acerca de esta pieza es su capacidad para conectar emocionalmente con su audiencia joven; muchos encuentran consuelo e identificación con sus palabras. Ya sea compartiendo experiencias cotidianas o reflexionando sobre anhelos personales, resulta claro por qué esta canción se ha mantenido relevante desde su lanzamiento.

La producción detrás de "El pasajero" juega un papel esencial ya que complementa perfectamente las letras introspectivas junto a ritmos contagiosos típicos del rap español contemporáneo. Rayden no solo habla a través de sus versos; pinta una estampa vívida donde cada escucha te invita a subir a ese tren hacia nuevas esperanzas o realidades.

En resumen, "El pasajero" es mucho más que simplemente una narración sobre un trayecto humilde; es un espejo multifacético que refleja preocupaciones universales sobre elecciones vitales, rutina diaria y anhelos escondidos dentro del bullicio urbano.

Interpretación del significado de la letra realizada con IA.

Lo que dura un viaje en tren con el sol de cara,
(calla) después del túnel y la próxima parada
viajo a Móstoles pagando hasta Coslada,
si viene el revisor me cruje sino este no paga.
Hoy es lunes inicio de semana,
la jornada donde el que trabaja llama pidiendo la baja
y hay que ver lo que seduce quedarnos en cama (vagos)
mientras un varón en el vagón mendiga para un trago.
Hago de tripas corazón y sigo
a mi lado un anciano sentado haciendo de testigo
de este estricto escrito y no sé en qué piensa,
siempre he odiado a aquellos tipos que te espían la prensa
y miro a una pareja que se besan entre sí,
en frente una mujer reza al subir un marroquí con mochila,
la cicatriz en la memoria colectiva de Madrid
es una mezcla entre el temor, y la ira.
Fuera veo mil firmas distintas en cercanías y vías
que pintan muros con murales y latas
llenas de tinta en piezas y platas
que se distingan de las ratas
que filman como dejan al segurata
(hecho un cuadro) y no hablemos del metro
donde si llegas a las manos nadie mueve ni un dedo,
que se lo digan a esa chica que agredía el rapado
que se lo digan a ese chico oculto tras su agujero (acojonado)

El pasajero sube el tren, el resto se apea en el andén,
hay trenes en la vida que pasan solo una vez.
Sube, date prisa o no lo vas a perder,
baja, antes que pasé por debajo del túnel.
venga no sé qué haces parado apartado, vamos que lo vas a perder,
llevo boli y papel como equipaje de mano
donde el listo va sentado y el lento viaja de pie.

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